viernes, 14 de octubre de 2016

Hace 460 años, otoño en Cuacos

Amanece un día soleado de otoño, estando recientes unas primeras lluvias bien deseadas.
La atmósfera limpia, permite buena visibilidad del paisaje y, con detalle, a grandes distancias.
El suave olor a tierra húmeda pronostica un día de paseo muy agradable.

He quedado con un grupo formado por personas de varios puntos de España, que desean conocer el porqué de la elección de Carlos I para pasar sus últimos días de vida en esta comarca. Es decir quieren hacer turismo cultural activo.
Vamos a pasear los alrededores de Cuacos en primer lugar, para llegar a la población y recorrer sus calles y rincones más emblemáticos.
He quedado en la cruz del humilladero.
Está imbricada en un pequeño bosque de robles, mimetizándose con ellos.
Próxima al Monasterio de Yuste, señala la existencia de un lugar de culto cercano, solicitando con su presencia respeto hacia el mismo. He llegado pronto y saco una foto de la cruz con mi bordón apoyado en su base, sentándome en un pequeño canchal de granito evocando los tiempos pasados...

...hace 459 años que Carlos I llegaba a este recogido lugar depués de  haber reposado unos 3 meses en el castillo de los Condes de Oropesa, donde estuvo después de la dura penúltima etapa de su viaje desde Gante. Para llegar a Jarandilla partió desde Tornavacas atravesando la sierra por el Puerto de las Yeguas. Es un camino de dificultad técnica media-baja, pero que requiere una cierta preparación física hoy día. Palidezco ante lo duro de la travesía en aquella época y más dentro de una silla-palanquín rústica y artesanal, fabricada a partir de un arcón. Duro para los porteadores y duro para el viajero...

El ruido de varios coches ascendiendo al monasterio me saca de mis pensamientos.
Hoy día con el arreglo de los accesos al monasterio han habilitado una pequeña explanada delante de la cruz que permite detenerse con comodidad a los vehículos, pero observo que su presencia sorprende a los conductores robándoles una furtiva mirada en su paso, no deteniéndose ninguno quizás por no conocer su significado.
Para mí, siendo parte del Patrimonio Nacional El Monasterio de Yuste, me gusta destacar la importancia del entorno; es un lugar que anima a la meditación y el recogimiento, siendo el motivo principal de elegir como destino de estancia de sus últimos días, Carlos I.

La visita a Yuste hay que plantearla en el ánimo de un emperador que le desborda el plano humano en el final de su vida. No es algo monumental lo que hay que venir a ver, sino venir a sentir el lugar.


Conyegar
Cruz del humilladero